Movilidad vertical: ¿acabará el coche volador tomando nuestros cielos?

Es el fetiche de toda buena historia de ciencia ficción. Llevamos soñando con el coche volador desde que películas como Blade Runner o Regreso al futuro nos anticiparan un panorama en el que nuestros cielos estarían llenos de vehículos. Pero la realidad es distinta a la ficción. Al menos, de momento, porque aún se nos hace difícil imaginar que cambiaremos el asfalto por las nubes.

Aun así, los expertos apuestan fuerte por la denominada movilidad vertical o aérea. Mientras el coche eléctrico busca imponerse al de combustión, un futuro más lejano nos dibuja un panorama en el que el coche volador es el protagonista. En los distintos foros y reuniones de expertos en movilidad, esta idea cobra cada vez más peso. Y ya hay muchas señales que apuntan a ello.

Jetson One, el coche volador sin licencia

El mayor precedente es la cantidad de millones que muchas empresas están invirtiendo ya en la movilidad vertical. Un buen ejemplo lo encontramos en la producción del Jetson One, un coche volador que, de momento, solo está al alcance de los más pudientes. Su precio ronda los 86.000 euros, y tampoco es apto para los que pesen más de 95 kilos.

Su autonomía de vuelo es de unos 20 minutos y su velocidad máxima es de 120 kilómetros por hora. A pesar de estas limitaciones, apenas quedan unidades a la venta. Y es que ni siquiera es preciso tener licencia para conducirlos. Se manejan con un joystick y es solo cuestión de minutos aprender a manejarlos.

Taxi aéreo, la revolución de la movilidad vertical

Otro claro precedente lo verán los neoyorquinos en poco tiempo. La empresa United Airlines anunció en septiembre la adquisición de 200 taxis aéreos que pondrán en funcionamiento para conectar el aeropuerto de Newark con el centro de Manhattan. Y es solo el principio, pues ya están estudiando la compra de más coches aéreos y el establecimiento de nuevas rutas.

Algunas startups ya están incluso planteando la creación de “vertipuertos”, lugares de recogida de viajeros para estos taxis aéreos, que podrán ser reservados a través de una aplicación móvil. Tan sencillo casi como pedir un Cabify.

Son muchas la señales que apuntan al éxito de la movilidad vertical en el futuro, aunque aún es pronto para saber si se impondrá a los modelos actuales o, simplemente, ocupará un papel secundario o residual. Pero lo que está claro es que el coche volador es ya una realidad y habrá que ver hasta dónde llega su implantación en las próxima décadas.