5 señales de alerta para cambiar los frenos de tu coche.

No hace falta que te digamos que con el sistema de frenos de un coche no se juega, puesto que tu integridad física y la de tus acompañantes dependen de su buen funcionamiento. Pero lo que sí podemos hacer es advertirte de los distintos avisos y señales indicativos de que tienes que cambiar los frenos de tu coche o revisar el conjunto del sistema de frenado. Estos son, uno por uno:

Avisos que indican que debes cambiar los frenos:

1. Se encienden los testigos de nivel de líquido de frenos, de grosor de las pastillas o del ABS

Cualquiera de estos testigos puede encenderse porque existe una incidencia real en el sistema de frenado, o porque algún componente electrónico no funciona como debería.

Si es el testigo de nivel de líquido de frenos el que se enciende, ha de comprobarse que, efectivamente, el nivel de líquido del depósito es bajo. Si esto ocurre, es porque existe algún goteo o pequeña fuga en algún punto del circuito de frenos.

En el caso de que se encienda el testigo de grosor de las pastillas, la comprobación se realiza visualmente. Añadimos que en algunos vehículos es un solo testigo el que alerta de las anomalías en el nivel de líquido de frenos y en el grosor de las pastillas.

Y si es el testigo de ABS el que luce de forma continuada, la única solución pasa por acudir a un taller para que efectúen un test de diagnóstico electrónico del circuito de frenado y del sistema de ABS.

2. Cambios en el recorrido del pedal de freno

Si al pisar el pedal de freno, con el vehículo encendido, se nota un recorrido anormalmente más largo del habitual, este hecho puede indicar de forma clara que es necesario cambiar los frenos de tu coche ya que conlleva que

  • Hay aire dentro del circuito de frenos.
  • El nivel de líquido de frenos es insuficiente (señal de que existe una fuga).
  • Las pastillas están muy desgastadas.

3. Incidencias al pisar el pedal de freno

A veces hay señales algo más sutiles que nos indican que debemos cambiar los frenos inminentemente. Puede ocurrir que al pisar el pedal se observen otras cosas anómalas, como que:

  • La resistencia al avance es poca o el pedal parece moverse de forma esponjosa.
  • El pedal está demasiado duro.
  • Se perciben vibraciones.
  • El pedal se traba o bloquea en ocasiones.

Las posibles causas de los síntomas señalados son, respectivamente:

  • El líquido de frenos se ha degradado.
  • El servofreno está averiado.
  • Los discos de freno están alabeados.
  • La movilidad del pistón de freno está comprometida y se producen obstrucciones o agarrotamientos al accionar el pedal.

En este caso será inminente la necesidad de cambiar los frenos de tu coche.

4. Ruido al frenar

Si se escucha un ruido agudo o chirrido al frenar, puede ser una señal de que:

  • Las pastillas de freno están tan desgastadas que ya rozan con el metal de los discos, lo que puede dañarlos irreversiblemente.
  • Las pastillas están impregnadas de líquido de frenos o de grasa.
  • Los discos de freno están rayados o deformados.

5. Pérdida de capacidad de frenado

Si notas que el coche frena peor o parece desviarse de la trayectoria cuando pisas el freno, la causa puede ser cualquiera de las anteriores. Además, esta circunstancia también puede deberse a:

  • Un fallo electrónico en el sistema de control de frenado o en algún sensor.
  • Que las pastillas de freno están deterioradas o degradadas (esto puede pasar aunque las pastillas mantengan un grosor adecuado).
  • La bomba de freno no funciona bien.

Para evitar estos y otros imprevistos en el circuito de frenado, lo más aconsejable es someter al vehículo a los servicios de inspección y mantenimiento prescritos por el fabricante. 

Además, se debe comprobar visualmente y de forma periódica el grosor de las pastillas, el estado de los discos, el nivel de líquido de frenos y la posible existencia de goteos de ese fluido.

¿Puedo cambiar los frenos y yo mismo?

Para cambiar los frenos de un coche son necesarios algunos conocimientos de mecánica, cierta habilidad manual y herramientas específicas. Además, tras la operación de cambio de pastillas, es preciso purgar después el circuito de frenado.

Por lo tanto, si careces de alguna de estas tres cosas, nuestra recomendación desde AUSSA es que encomiendes la tarea a un taller mecánico o al servicio oficial del fabricante del vehículo.

En el caso de que sean los discos de freno los que deben cambiarse, la complicación es doble: además de los discos, han de sustituirse también las pastillas, ya que su superficie de contacto estará alterada debido al contacto continuado con los discos deteriorados. Por tanto, también es preferible hacerlo en un taller.

Otro supuesto es que el elemento que no funciona correctamente sea la bomba de freno, el servofreno o el sistema ABS. En este caso, ya no hablamos de recomendaciones: es obligatorio que el coche sea revisado por un profesional, y lo mismo decimos cuando el coche pierde líquido de frenos.

En resumidas cuentas, ante la presencia de algún signo que te haga pensar que es preciso comprobar el sistema de frenado, o que tienes que cambiar los frenos de tu coche, la decisión prudente es que circules con la máxima precaución y que te encamines directamente hacia un taller mecánico. Y si la sospecha es de avería muy grave, solicita ayuda al servicio de asistencia en carretera de tu seguro.

Si te gusta estar al tanto de la movilidad urbana, puedes encontrar más artículos y contenidos en nuestro blog Apparkya.