Nuevo modelo de movilidad: ¿fin a los coches de motor en 2035?

La sociedad actual es cada vez más consciente del impacto negativo que tiene la contaminación en el medioambiente y de la necesidad de tomar medidas importantes como el nuevo modelo de movilidad para evitar el deterioro constante de los recursos naturales del planeta.

En este contexto, la Unión Europea está desarrollando diferentes programas y normativas enfocados en esta línea, como por ejemplo, reducir las emisiones de CO₂ que se emiten actualmente y que son realmente nocivas para el entorno.

Una de esas medidas es la de poner fin a la venta de coches de motor en 2035, un objetivo que reduciría notablemente las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera, pero que presenta una serie de dudas e interrogantes sobre su viabilidad y éxito. La prohibición de vender coches de gasolina y diesel abre un gran debate en el sector y la sociedad por la gran cantidad de pros y contras que ofrece.

Normas europeas en materias de emisiones de CO de turismos y furgonetas

La nueva normativa europea Fit for 55 tiene como meta reducir de forma notable la emisión de CO₂ de los vehículos que circulan por carretera, fomentando que la industria automovilística apueste por vehículos de emisión cero, es decir, que apuesten por los coches eléctricos.

Según los datos que maneja Europa, las emisiones de CO de turismos y furgonetas suponen un 15 % del total (12 % para turismos y casi un 3 % para furgonetas). Por este motivo, se ha decidido prohibir la venta de vehículos con motores diésel y de gasolina a partir de 2035, lo que supondrá una gran reducción de las emisiones contaminantes a la atmósfera en la zona europea.

Esta normativa aplica los siguientes requisitos:

  • Reducir un 55% las emisiones de CO que producen los coches nuevos y un 50 % las emisiones de los vehículos de reparto (furgonetas). Esta reducción se aplica a los vehículos nuevos de 2030 a 2034 y el porcentaje de reducción es en relación con los datos de 2021.
  • Reducir las emisiones de CO₂ de turismos y furgonetas al 100 % a partir de 2035.

Como podemos apreciar, los objetivos a partir del 2030 empiezan a ser realmente exigentes para los fabricantes, que deben dar el salto final en el 2035 hacia la fabricación de vehículos con emisiones cero, lo que implica abandonar la fabricación actual de coches con motores de combustión.

Sin embargo, las medidas de la Unión Europea hasta 2030 no son tan exigentes, dejando el objetivo de la reducción de las emisiones de CO₂ en un 15 %. En AUSSA, estamos convencidos que la reducción de emisiones es posible por eso este año conseguimos reducirlas en un 17,6%

Es importante destacar que la venta de coches híbridos también entrará dentro de la prohibición a partir de 2035, pues este tipo de vehículos incluyen motores de combustión que generan emisiones de CO₂. También es destacable que la normativa europea solo hace mención a turismos y furgonetas, por lo que las motos quedarán fuera de esta prohibición.

¿Cómo están reaccionando los fabricantes ante este anuncio?

Uno de los actores principales en este cambio radical del sector son los fabricantes de coches. La ACEA (Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles) ya ha expresado su preocupación ante este panorama en 2035. La principal dificultad de cumplir con la normativa viene de la gran cantidad de factores externos que influyen en el cambio y que no son controlables con los fabricantes, en especial, la necesidad de contar con una red masiva de puntos de carga para coches híbridos y eléctricos.

También preocupa la escasez de los recursos necesarios para la fabricación de baterías, el elemento clave para el funcionamiento de los vehículos con motores eléctricos. Otro punto que destacan los fabricantes es el incremento de costes que tiene un impacto directo en la rentabilidad del negocio y que, probablemente, lleve a un incremento notable del precio final de los vehículos a partir de 2030.

La viabilidad económica es otro de los aspectos más controvertidos de esta normativa europea, pues implica un mayor gasto para los usuarios al adquirir turismos y furgonetas a unos precios más elevados. En este aspecto, las medidas y programas de financiación gubernamentales jugarán un papel decisivo para acercar los vehículos eléctricos a todas las personas.

¿Qué ocurrirá a partir de 2035 con el nuevo modelo de movilidad y con el parque de automóviles de combustión? 

A partir de 2035 solo se podrán vender en la Unión Europea vehículos con cero emisiones. Por lo tanto, se generan muchas dudas sobre el parque de vehículos existentes que en ese momento utilicen motores diésel y de gasolina. La realidad es que la normativa europea pone fin a su venta, pero no a su uso. Es más, hasta finales de 2034 no existirá la prohibición de comprar vehículos de combustión.

Sin embargo, el uso de estos vehículos empieza a ser limitado en ciertas zonas de grandes ciudades y la tendencia es que, con el tiempo, estas restricciones cada vez sean mayores (con el objetivo de disuadir a los usuarios de su compra). 

Probablemente, la UE también incremente los precios del diésel y la gasolina a lo largo del tiempo como otra medida disuasoria para la compra de este tipo de vehículos contaminantes, y para hacer más atractivos las alternativas de vehículos eléctricos.

La nueva normativa de la UE busca garantizar el nuevo modelo de movilidad sostenible, eliminando a partir de 2035 la venta de coches con motor a combustión, esto implica que los fabricantes deben realizar un esfuerzo importante para cumplir con los plazos establecidos y poder realizar la transición de forma eficiente y rentable.

Aunque la mayor parte del peso sobre este cambio recae en los fabricantes, la realidad es que para que pueda llevarse a cabo de forma eficiente, será necesario la intervención de todos los implicados, como los gobiernos, las Administraciones públicas y los propios usuarios. Se trata de medidas muy exigentes que entrarán en vigor en 2030 y 2035, por lo que el tiempo que queda es relativamente corto y hay muchos aspectos aún por solventar.